Se amontonan en forma de cajas, se van ordenando con post-its y etiquetas para identificarlas rápidamente y se colocan de forma cronológica. Y ahí se quedan, preparadas para emergencias.
Se abren si es necesario, o si algo te invita a ello. Y sí, puedes abrirlas todas a la vez, intentar no mezclar y revisarlo de forma ordenada, pero quizás llegue un momento en que tengas demasiadas abiertas. Que te olvides de cómo cerrarlas. Que no sepas si te lo van a permitir.
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