jueves, 29 de enero de 2009

¡Ánimo!

Nadie me enseñó que la felicidad está en todas partes. Que para ser feliz solo necesitas sentirlo. Que la vida puede ser maravillosa cuando no dejas que simplemente pase a tu lado y te empeñas en vivirla.

Que lo bueno se hace esperar, y al dejar pasar ese tiempo vas acumulando cada día un poquito de felicidad. Un día, sin venir a cuento, el tarro de miel cae, explota, y descubres que puedes llegar a vivir en horas lo que no has vivido en semanas, que la vida merece la pena en todos los sentidos.

Sí, aún queda para la sobredosis, mientras tanto me tendré que aguantar con una pequeña cucharadita de vez en cuando, aunque sea a base de pensar en lo que vendrá.